Los Reyes Magos de Oriente han llegado este mediodía a Las Palmas de Gran Canaria. Miles de niños y niñas, y no tan pequeños, se acercaron al Muelle Santa Catalina para verles desembarcar de tres remolcadores.
A pie de muelle se encontraban el alcalde, Jerónimo Saavedra, el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Javier Sánchez Simón, y el presidente de Casa Galicia, Ricardo Villares, para recibirles.
Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron al Muelle Santa Catalina para recibir la Llave de la Ciudad y, tal y como les solicitó el alcalde Saavedra, “abrir las puertas de esta capital y dejar regalos a todos los niños y niñas”.
Noche de Reyes
Esta noche, el tradicional concierto de Reyes que desde 1995 tiene lugar en la medianoche del lunes 5 en la Plaza de Santa Ana, y que protagoniza el grupo folk Non Trubada, se completará con la actuación de la banda Sr. Natillas.
A las doce de la noche, con Natalia Palacios como invitada, Non Trubada presentará un renovado Concierto de Reyes. El espectáculo organizado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, ha sido producido por el Centro de la Cultura Popular Canaria y cuenta con la colaboración del Cabildo de Gran Canaria y de La Caja de Canarias.
Non Trubada abrirá a partir de las 12.00 h. en la Plaza de Santa Ana, el tradicional concierto de Reyes. Natalia Palacios, como invitada, interpretará el villancico Siempre soñé y la canción Mujer de las Tirajanas, entre otras.
La banda ha anunciado el estreno de varias canciones: Acocó mi niño, Iguida (endecha aborigen), Más allá de las columnas de Hércules, Mi hogar y Vale la pena, que irá desgranando junto a clásicos en su discografía como Isa, Ansite, Salen del Morro, Agüita de amor, Sorondongo del Mar,…
A las 01.30 horas, aproximadamente, comenzará la actuación del grupo Sr. Natillas, grupo que no dejó indiferente en su pasado paso por el WOMAD Las Palmas de Gran Canaria, y que más que un concierto ofrecen una gran fiesta a los asistentes. El grupo, que se aleja de cánones y no se ciñe a pautas, cuenta con una única premisa: que el público no deje de bailar.
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